TERTULIA DE ARTE.- Comentario a la exposición de Veronés en el Prado

Veronese Paolo Cagliari,1528-1588, nacido en Verona, es el tercer grande del Cinquecento veneciano. En Roma ve “La Sagrada Familia” de Rafaello, “La Perla”, mientras su juventud choca con la ciudad imperial “llena de ruinas”, que más tarde incluirá como segundo plano en sus lienzos. Decorador del manierismo, imita a Miguel Ángel y a Tiziano, colorista, suntuoso, con obras de gran formato, lujo de fiestas con muchos personajes, grandes arquitecturas, perfecto dibujo, pre barroco por opulencia y elegancia.
Enla primera juventud ya pinta, cerca de sus 20 años, un retablo de la Virgen con el Niño de gran madurez. También pinta dos versiones de “La perla” de Rafael, de las cuales una reposa en el Prado. Veronés ya tiene un movimiento y contraposición de figuras que anuncian el barroco. Es la época de la riqueza veneciana que deja su impronta en cuadros de enormes dimensiones como “Las Bodas de Caná”cuya versión del Prado mide 127 x 209 cm.
Llega a Venecia con 23 años, donde reinaba Tiziano en pugna con Tintoretto, tomando hábilmente lo mejor de cada maestro, sin perder la “sprezzatura” (gracia sin afectación) propia de Rafael. En pinturas murales y de techo los personajes están pintados con increíble habilidad como flotando en el espacio de forma muy natural, con un punto de vista muy bajo, de gran dificultad, pero de increíble donosura, como es el caso del Palacio Ducal de Venecia, donde demuestra su saber hacer. Estas obras murales no pueden ser trasladadas, pero merecen un viaje a la ciudad de los canales para disfrutar de su movimiento, sus escorzos de un gran movimiento, sus coloridos y una espontaneidad y juego de volúmenes difíciles de superar.
En su ciudad había un dicho “en Venecia no se dibuja, solo se pinta” pero se le añadió “pero Veronese dibuja”, casi siempre de forma majestuosa.
Veronés triunfa por su buen carácter que se pliega a las exigencias del cliente con telas de enorme dimensión y belleza encantadora, fue famoso y bien remunerado sin poner la sal ni el rompimiento excitante para la historia (como Caravaggio, Miguel Ángel o Greco). El arte de Veronés se apoya en la elegancia, la brillantez cromática y la composición, como síntesis de Rafael, Tiziano y Miguel Ángel. Es rápido, prolífico y triunfa acumulando una notable fortuna. Trabaja los detalles con sinceridad y un cierto humor, como cuando pinta una columna con los restos de un clavo perdido.
En los cuadros corales, con muchos personajes en distintos planos, introduce un gran movimiento de giros y visajes, pero traiciona a la perspectiva con cráneos de dimensiones muy similares, pero diferentes en la distancia, pero con diferentes miradas y actitudes. Todo ello con un colorido vigoroso en la órbita de Tiziano.
El “Jesús con los doctores” de 236x430 cm es ejemplo de su habilidad. Jesús solo sobresale un poco sobre la muchedumbre de los 16 doctores que le acosan con multitud de gestos y de actitudes, pero con diversidad gestual, cada uno queda plenamente representado, con diferentes tonos y coloridos. Cada uno se representa con personalidades peculiares y diferentes en sus posiciones. Crea perspectiva con una exquisita gradación de profundidad, que falsea suavemente en tamaño, pero asignándoles diferenciación cromática.
Carlos V y luego Felipe II llenan el Escorial de lo mejor del arte veneciano, que está en el Prado, con 40 cuadros de Tiziano y 16 de Veronés que, a buen seguro, sirvieron a Velázquez como inspiración y cierta enseñanza.
La Serenísima entra en decadencia, el sistema republicano que Europa envidiaba genera endogamia, pero Veronés lo sabe y en vez de verdades les ofrece grandes retablos muy bellos, donde tragedias como “Venus y Adonis”resaltan el placer de los amantes en un íntimo erotismo, o el “Rapto de Europa” que refleja una intimidad de los personajes.
En la exposición del Prado de 2025 hay una sabia comparación de Veronés con otros grandes artistas de similar calado. En sus últimos años su obra es más barroca, el concilio de Trento crea ficciones y oposición como una última cena un tanto profana. Es época de grandes formatos como “Cena en casa de Simón” de 315 x451 cm, o “Las Bodas de Caná”, cuadro enorme 677 x 994 cm, para la iglesia de San Giorgio, con 130 personajes con 7 líderes europeos (Carlos V et al), y Veronés se autorretrata con los 5 grandes pintores de su época. Venecia es reverenciada ante unos artistas como Bellini, Lotto, Tiziano, Bassano, Tintoretto, Veronés. En sus cuadros de estancia, de tema mitológico sigue la tradición de lo que Tiziano llamaba sus “poesías”, donde lo mitológico trasciende un erotismo juguetón, que llena de luz y color, combinando escenas de alta elegancia.
En 1576, muere Tiziano, hay una epidemia de peste que le lleva a oscurecer sus obras de esa época. Todavía en el XVII le imitan como gran colorista y como el pintor más elegante de la pintura Veneciana. El mismo Velázquez y Rubens 1577 – 1640 le admiraban a Veronese y les tuvo como referencia.
En este siglo XVI Venecia tiene enfrentamientos con ciertos Papas y con Roma. Los venecianos decían “creemos mucho en S. Marcos, bastante en Dios y poco o nada en el Papa”.
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