UNA PAJARITA, UNA SONRISA CARTA DE LA SEMANA EN EL XL SEMANAL DE ABC, DEL 22 DE MARZO - AGUSTIN DEL PINO
La soledad también viaja en el metro. Hace unos días entré en un vagón cuando un señor mayor, con gorra visera, gafas de pasta y rictus bonachón- me recordó al abuelo de “Up”-entregaba una pajarita de papel al niño que estaba a su lado, de unos cinco años, quien viajaba acompañado de su padre. El niño tomó ávidamente la pajarita de papel, tiró de su cola y la figura papiroflexia comenzó a mover sus alas. La escena era tierna: el niño ensimismado en su frágil juguete, el papá vigilante y el abuelo “up” sonriendo para sus adentros. Y yo alucinando: hacía tiempo que no veía a un niño entretenerse con algo que no fuera un móvil o una tableta.
Tres estaciones más adelante, el abuelo sacó de su bolsillo otra obra de arte de papel que simulaba el pico de un pájaro grande. Se lo aproximó a las manitas del niño intentando darle varios picotazos, pero el niño ni flores. Él seguía volando a lomos de su pajarita de papel. Un poco más adelante, niño y padre se bajaron despidiéndose del abuelo con una sonrisa.
Cuando llegué a mi estación, dejé al abuelo “up” girando y girando en la línea circular. Tal vez esperando que otro niño se sentara a su lado para intercambiar papiroflexia por sonrisas. Me lo imaginé en la soledad de un pequeño piso sentado a una mesa camilla, preparando aviones, barquitas o pajaritas de papel a la luz de un flexo. Quizá mañana otro niño – estaría pensando- me conceda una mirada alegre y unas risitas.
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