EL CRISTO DE MEDINACELI PASEA POR MADRID ENTRE EL FERVOR Y LA ALEGRÍA - Agustín del Pino
La AVD al lado de nuestras tradiciones.
Hay que felicitar calurosamente a la Archicofradía de Jesús de Medinaceli por el éxito que ha supuesto la procesión extraordinaria – la tercera en la historia- organizada para celebrar el LXXX Aniversario de su regreso a Madrid, en mayo de 1939, tras su exilio en Ginebra durante la Guerra Civil. Todo el recorrido estaba abarrotado de público, incluso a la una de la madrugada cuando el trono entró en su Basílica de la calle Duque de Medinaceli. Más de seis horas duró el trayecto que había salido de la Almudena, incluido el emocionante encuentro con la Virgen de la Soledad a las puertas de la Iglesia de las Calatravas. Hubo saetas a cargo de renombrados artistas como Juan Peña, Diana Navarro y Manuel Cuevas. Telemadrid se portó: siete horas de retransmisión al pie de cámara. Todo un éxito.
Historia de la imagen de Jesús de Medinaceli
La imagen, de 1,73 m. de altura, es de autor desconocido probablemente discípulo de Juan de Mesa, imaginero sevillano. Se talló a principios del siglo XVII y su primer destino fue la parroquia de Mámora, en el norte de África, bajo dominio español. Posteriormente, y tras ser ocupada por los musulmanes, la imagen fue profanada. Los mercedarios pagaron por su rescate y fue trasladada a Madrid en 1682 siendo recibida con una gran procesión. Al pertenecer la iglesia a los Duques de Medinaceli popularmente se le añadió ese “apellido”. Es una imagen considerada como muy milagrosa y cuenta con decenas de millares de devotos, no sólo en Madrid. Trescientas cofradías de Jesús de Medinaceli –muchas de ellas ayer presentes- siembran el territorio español.
En el invierno de 1937, la talla se libró de las llamas milagrosamente- y nunca mejor dicho- en una época en que la quema de iglesias y de santos era deporte popular. La imagen pasó a la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico (nótese lo de “incautar”). Así, junto a una gran parte de los cuadros del Museo del Prado, salieron de Madrid para hacer el recorrido Valencia, Barcelona, Francia y Suiza. Jesús de Medinaceli fue depositado en febrero de 1937 en la Sede de las Naciones de Ginebra. La guerra civil acabó el 1 de abril de 1939. El 10 de mayo de ese mismo año – transcurrido poco más de un mes- la talla volvía a Madrid tras la gestión eficaz de Fernando Álvarez de Sotomayor, pintor afamado y recién nombrado director del Museo del Prado. Eso es lo que celebramos jubilosamente 80 años después.
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