MI NAVIDAD EN UN PUEBLO SERRANO - Agustín del Pino
Decidimos en la familia pasar los días de Navidad en una casa rural. Y así lo hicimos. Cuevas del Valle fue el pueblo elegido. Está en la comarca de Las Cinco Villas, provincia de Ávila, en la cara sur de la Sierra de Gredos, a 6 km. del puerto El Pico por el que transita una calzada romana en un buen estado de conservación y donde permanece invariable al paso de los años la célebre Venta Rasquilla.
La casa estaba situada en lo alto del pueblo, por el que la Nacional 502 trepa zigzagueando, y desde donde se veía un paisaje hermoso de pinares y, al fondo y abajo, las nubes que simulaban un mar blanco entre brochazos de verde.
Pero lo más bonito para mí – y para mi familia, especialmente mis nietos- fue vivir cuatro días en un ambiente rabiosamente rural mientras los altavoces del ayuntamiento no cesaban de emitir villancicos populares. Cuevas del Valle podría ser un prototipo de pueblo con sus casas muy cuidadas, con sus balcones de madera de los que cuelgan macetas de geranios en profusión, con el humo de olor a leña quemada-desacostumbrado para los urbanitas- flotando por calles y placitas, con su iglesia fortaleza del siglo XIII… y con su riachuelo con su pequeño puente de piedra de tiempo inmemorial. No faltaba ni un detalle esencial para completar las notas que definen el concepto “pueblo”.
Hemos vivido esos mágicos días, en definitiva, dentro de una pura estampa navideña pero a tamaño real. Una gozada.
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