Asociación de Veteranos de Dragados

Por circunstancias, estaba el  18 de octubre en Benicasim (Castellón). A media tarde el cielo empezó a oscurecerse, el viento comenzó a soplar con fuerza   y se nos manifestó de manera real  la ya anunciada y temida gota fría, la más amenazante de la historia según los meteorólogos.  Todas las alertas se habían puesto en marcha. De los colegios llamaron por la mañana a los padres para que se  llevaran los chicos a casa y, al igual que la Universidad Jaime I,  echaban la persiana hasta el lunes.

Tras el muro de cristal de la cafetería del hotel Voramar, situada  sobre la misma arena de la playa, viví emocionado momentos de un auténtico show de la naturaleza. La fuerte lluvia hizo correr el agua desde la montaña próxima que luego  se extendía  por el paseo marítimo buscando por escaleras y aliviaderos la salida hacia el mar en auténticas cascadas de color chocolate. Eso sí, sin sensación de peligro para las personas y enseres del entorno. El mar ofrecía otro espectáculo de su  fuerza aumentando las olas en proporciones desconocidas en el Mediterráneo.  Las aguas cambiaban de color como en un torbellino, pasaban del azul al verde, al plata o al marrón cada poco tiempo.

Mientras  disfrutaba maravillado del desmadre de la naturaleza, apareció un guiri en bañador fuera de nuestro acristalado refugio  que comenzó a  pasear tranquilamente  por la misma orilla marina  como si fuera una tarde de verano.  Daba frío verlo. Al poco rato aparecieron ocho o diez surferos  a disfrutar con su deporte de cabalgar sobre las olas mientras el temporal arreciaba de lo lindo. Como el Guerra,  pensé  que” hay gente pa tó.”

Por fortuna, Oropesa del Mar y Benicasim sufrieron  una gota fría pero sin ningún drama, sin riadas, sin inundaciones, sin víctimas. Al día siguiente volví a Madrid por la AP -7 disfrutando de la grandiosa obra que hizo Dragados.  El asfalto estaba seco, no había charcos y con la prudencia necesaria por las circunstancias meteorológicas  que seguían amenazantes llegué sin novedad a Madrid. Puedo decir que he vivido  una  gota fría pero solo de segunda división.